[ES] INTRODUCCIÓN AGREGACIÓN SOCIAL Y APROPIACIÓN DEL CONOCIMIENTO: MEMORIA DE UNA INVESTIGACIÓN-ACTIVISTA EN EL MOVIMIENTO DE OKUPACIONES DE MADRID

INTRODUCCIÓN AGREGACIÓN SOCIAL Y APROPIACIÓN DEL CONOCIMIENTO:
MEMORIA DE UNA INVESTIGACIÓN-ACTIVISTA EN EL MOVIMIENTO DE
OKUPACIONES DE MADRID

Okupa Madrid (1985-2011). Memoria, reflexión, debate y autogestión colectiva del conocimiento – Edición general de los textos: Miguel A. Martínez López y Angela García Bernardos. Colaboraciones con la edición: José Daniel (capítulo 1), Javier Gil (capítulo 5), Elísabeth Lorenzi (capítulo 8)

https://sqek.squat.net/es-okupa-madrid-1985-2011-memoria-reflexion-debate-y-autogestion-colectiva-del-conocimiento/

Algo cambiará en lo imposible
(inscripción en una pared del PSOA Malaya)

“En Madrid, en pleno corazón de la Bestia”. Esa frase la pronunciaban algunas compañeras y
compañeros del Palacio Social Okupado y Autogestionado (PSOA) Malaya para referirse al impacto simbólico que tenía nuestra presencia allí, en el centro de la ciudad, en el meollo del capitalismo urbano. Corría el año 2008 y en junio abría sus puertas al público este Centro Social al que irónicamente se rebautizó como “palacio” en reconocimiento de los lujos que otrora había albergado tan insigne edificio en plena calle Atocha, a pocos metros de la Puerta del Sol. Lo lacerante, y al tiempo motivador de su okupación pública, era que la propiedad pertenecía a una de las sociedades fantasma creadas por la trama de corrupción del ayuntamiento de Marbella (denominada “Caso Malaya”), con los imputados penalmente Pedro Román y Juan Antonio Roca a la cabeza.

La burbuja inmobiliaria se hallaba aún en su máximo apogeo y los tentáculos de la especulación urbana se extendían oscuramente por todas partes, así que el juez de turno decidió que aquel edificio debía ser devuelto a sus propietarios, por muy ilegales que hubieran sido sus argucias para adquirirlo, presuntamente (porque, en ese caso, se demorarán años en discernirlo sus graciosas autoridades judiciales) por medio del blanqueo de dinero de multimillonarias comisiones y sustracciones del erario público, orquestadas con crasa impunidad durante años en la costa marbellí.

La okupación sería abortada al cabo de poco más de ocho meses (en diciembre de 2008), pero
durante ese tiempo de combate desigual, al menos, como ocurre con tantas otras okupaciones, se pusieron de manifiesto algunas brechas del sistema de dominación, de la perversa lógica de unas leyes que protegen sin reparos a quienes especulan, mientras reprime a quienes lo denuncian.

Aquel centenario edificio llevaba varias décadas abandonado a su suerte, lleno de suciedad y
escombros en su interior. Una vez traspasado el umbral de sus cerrojos, se descubrían legibles aún los nombres de los inquilinos en los buzones y se hacía presente, sobre todo, la memoria histórica de los cinco abogados laboralistas que fueron asesinados el 24 de enero de 1977 en el número 55 de la misma calle. Aquellos abogados disponían de otro despacho en el número 49 donde se reunía parte del equipo que escapó a la matanza atribuida a un grupo de extrema derecha (el comando “Roberto Hugo Sosa” de la Alianza Apostólica Anticomunista, la Triple A)1. En varios de los edificios próximos al okupado se podían apreciar deslumbrantes operaciones de renovación y de reconstrucción de viviendas de lujo y de hoteles. Uno de estos, a pocos metros de distancia, el Palacio de Tepa, también a la sombra del tándem especulador Román-Roca2. Además, toda la zona trasera de Atocha 49, en el barrio de las Huertas, en torno a la Plaza del Ángel y las Cortes, lleva una larga década experimentando una notable elitización social que ha desplazado paulatinamente a la población residente más humilde.

El Seminario de Historia Social y Política de las Okupaciones en Madrid-metrópolis nació en el PSOA Malaya. Tras el día de inauguración, el 4 de julio, dos personas planteamos la propuesta del Seminario y al acabar el verano, el 22 de octubre, un nutrido grupo de gente interesada nos reunimos por primera vez en uno de aquellos vetustos despachos, compartido con el Centro de Medios Permanente. Algunas de las personas asistentes habían sido convocadas a propósito, otras se sumaron por interés propio en el proyecto. Ese grupo constituyente, en torno a la veintena, era muy abierto y heterogéneo. Concitó tanto a quienes ya habían transitado por varias okupaciones a lo largo de sus vidas o habían apoyado al movimiento durante muchos años, como a jóvenes que ni siquiera participaban en las okupaciones pero hacían trabajos universitarios sobre el tema o a otros/as que, simplemente, querían profundizar en sus simpatías y afinidades con el movimiento.

Solo una exigua minoría podía considerarse okupa en activo. Esa constante, aunque contraria a nuestros deseos iniciales, se repitió en casi todas las sesiones mensuales de los siguientes dos años.

El texto con el que se difundió esa primera convocatoria ponía de relieve los propósitos de partida del Seminario:

“Este encuentro tiene dos objetivos principales: 1) Escribir un libro sobre todas las experiencias de okupación que ha habido en Madrid y en municipios metropolitanos; 2) Reflexionar colectivamente sobre algunos de los aspectos social y políticamente relevantes para el movimiento de las okupaciones.

Por una parte, consideramos que aún existen muchas lagunas de información sobre todas las
experiencias que ha habido y sobre sus relaciones mutuas y con distintos colectivos sociales. Por lo tanto, una de las tareas básicas consistirá en el registro y documentación de esta historia colectiva.

Sin embargo, a diferencia de los libros escritos sobre otras ciudades, proponemos no quedarnos en una acumulación de datos sobre esas experiencias y, más bien, reconstruir esa historia poniendo de relieve las cuestiones que han sido centrales en esa historia, los logros y problemas vividos, los conflictos entre actores y la diversidad de posturas adoptadas. Esas cuestiones serán decididas por los participantes en el seminario. En todo caso, buscaremos profundizar en todas ellas y comprender lo ocurrido en distintas experiencias de okupación y en distintos momentos del movimiento.

Por otra parte, aunque el seminario nace con una vocación de autoinvestigación militante, el objetivo de elaborar un libro o cualquier otro documento audiovisual que pueda hacerse público es una oportunidad para dinamizar debates sociales y políticos en profundidad y entre distintos sectores y generaciones de activistas. De esta manera pensamos que se puede contribuir con una corriente de reflexión que nutra a los activistas actuales, a los discursos públicos de las okupaciones y a las posibles coordinaciones entre iniciativas de okupación. Es decir, el seminario se orientaría a pensar colectivamente sobre hechos, tendencias y estrategias que han podido configurar un movimiento de okupaciones, pero sin ánimo de erigirse en portavoz ni de ese movimiento ni de ninguna okupación en particular. Será, pues, simplemente, una especie de “laboratorio de ideas” de las que serán responsables sus participantes en cada sesión (cada cual elegirá su grado de anonimato o confidencialidad) sin ningún carácter representativo.”

El trabajo, por lo tanto, consistiría en una autogestión colectiva de la producción de conocimiento acerca del conjunto de okupaciones y, sobre todo, desde las experiencias vividas en las okupaciones.

En lugar de elaborar una historia lineal y acumulativa de datos, se proponía que los y las
participantes del seminario decidieran los temas que eran relevantes para comprender la historia de las okupaciones madrileñas. El tercer envite era una provocación a todos y todas las activistas: reflexionar y debatir regularmente con vistas a elaborar estrategias políticas de las okupaciones en el contexto actual.

Sin duda, esto último era lo más aventurado e inasequible dada la trayectoria de los últimos años. En Madrid nunca había sido fácil la coordinación entre okupaciones aunque desde la disolución de Lucha Autónoma (al filo del cambio de milenio), primero, y del desalojo del Laboratorio 3 en 2003, el panorama de las okupaciones se había tornado especialmente sombrío. El repunte de experiencias que se produce a partir de 2006 y 2007 tampoco alentó ninguna coordinación muy fructífera ni duradera (solo hubo un intento breve en 2008 y otro algo más consistente entre 2012 y 2013).

Pero, sobre todo, el problema principal residía en la carencia de reflexiones políticas profundas sobre el propio movimiento y, peor aun, sobre los vectores políticos, económicos, sociales, culturales y urbanos que configuraban su entorno. Sólo desde los tres principales Laboratorios se habían promovido reflexiones de cierto calado en el movimiento, dentro de una línea política de la “post- autonomía” o de la “autonomía difusa”. No obstante, parecían ensancharse las diferencias internas y tampoco surgían desde las okupaciones nuevos discursos críticos con semejante ambición.

Es evidente que un seminario como este, con la mencionada composición un tanto anómala y con la intencionalidad de formalizar un autoconocimiento crítico de las prácticas okupas (con todas las luchas adyacentes que comportan a su vez) se ponía el listón muy alto. Por fortuna, la sugerencia de autogestionar de modo colectivo y horizontal el seminario nos disponía favorablemente a que surgieran propuestas de toda índole, a compartir las inquietudes e interrogantes, a movilizar nuestras redes de contactos y nuestros archivos documentales. En definitiva, a afrontar las incertidumbres y derivas del seminario a partir de unas capacidades mutuas y sinérgicas en constante mutación. No era poco y el entusiasmo se vio gratificado poco a poco. Si bien nunca concluimos la totalidad de tareas que nos fijamos en las primeras sesiones, por lo menos este libro tiene la virtud de recopilar todas las valiosas palabras y vivencias de quienes nos reunimos alrededor de ese reto.

En el acta de nuestra sesión inaugural ya se reflejan las primeras preguntas puestas sobre la mesa, muchas de ellas siempre sucesivamente reiteradas. En esa jornada se fijaron también los primeros criterios y compromisos que han guiado el resto del trabajo:

“Cada uno/a de los asistentes se presentó y comentó algunos de sus vínculos con las okupaciones. M. presentó el proyecto del seminario de acuerdo a la convocatoria pública. J. propuso que el producto final del seminario (el libro o lo que sea) se distribuya con una licencia de libre acceso y copia. Hubo asentimiento con la propuesta. La autoría final será colectiva o con capítulos firmados por cada autor/a o autores/as reconociendo siempre el trabajo colectivo del seminario.

Después de hablar sobre distintas experiencias propias y de precisar la auto-restricción del estudio a Madrid y sus municipios metropolitanos, la discusión llevó a dos puntos importantes: 1) ¿Desde cuándo se puede hablar de la existencia de un movimiento de okupaciones? ¿Hay un solo movimiento o una “familia de movimientos” (E.)? ¿El movimiento de okupaciones se limita al “movimiento político de las okupaciones” o a todas las experiencias de okupación / ocupación, estuvieran o no vinculadas con un movimiento político reivindicativo? 2) ¿A qué tipos de okupaciones nos referimos?

Para la segunda cuestión J. propuso una clasificación útil:

A- Okupaciones urbanas de viviendas reivindicadas (comunales y compartidas)
B- Okupaciones urbanas de viviendas no reivindicadas (comunales y compartidas)
C- Okupaciones urbanas de viviendas reivindicadas (comunales y compartidas) en Centros Sociales
D- Okupaciones urbanas de viviendas no reivindicadas (comunales y compartidas) en Centros
Sociales
E- Okupaciones urbanas de Centros Sociales reivindicados sin vivienda
F- Okupaciones urbanas de Centros Sociales reivindicados con vivienda (igual que C)
G- Okupaciones rurales reivindicadas sin vivienda
H- Okupaciones rurales reivindicadas con vivienda (comunales y compartidas)
I- (Más raras: okupaciones rurales con Centros Sociales, casi siempre con vivienda)
J- (Okupaciones de fábricas, instituciones, parques, etc.)

Se propuso estudiar en el seminario el conjunto de okupaciones y sus mutuas relaciones, aunque priorizando a los Centros Sociales pues han sido la experiencia más relevante en el movimiento. Con respecto al primer punto, la definición de “movimiento”, salió a relucir la dificultad que puede entrañar denominar sociológicamente así a muchas prácticas que, en ocasiones, han estado desconectadas entre sí y a la vez, muy frecuentemente, conectan a muchos movimientos sociales en su seno (lo cual explicaría el que muchos/as activistas okupas no se quieran identificar como parte de un solo “movimiento okupa” o que sólo vean la okupación como un medio para otros fines). R. le restó importancia a la denominación porque lo importante sería agrupar las experiencias por sus repertorios de acción. I. destacó que el movimiento se ha ido identificando, sobre todo, por haber extendido una crítica social a la especulación. P., J. y otros señalaron que en todas las okupaciones hay un tronco común: cultura libre, oposición a la propiedad privada, el problema de la vivienda, etc.

E. señaló que hubo un caldo común de experiencias y movimientos en el que surgieron las
okupaciones. K. dijo que su experiencia en Amparo (y en Onda Verde antes) era por una “oposición al sistema”. J. dijo que las okupaciones, para él, siempre han tenido que ver con el espíritu del movimiento libertario aunque, curiosamente, las personas que dinamizaban las okupaciones no se han identificado muy abiertamente con esa tradición libertaria. J. matiza que la procedencia de los okupas era de muy diversos movimientos sociales y políticos de izquierda hasta configurarse el área política de la “autonomía” abriendo “espacios liberados” para otros colectivos sin erigirse en vanguardia de ellos…”

Enseguida el colectivo Nodo50 (www.nodo50.org) nos facilitó una lista de correo electrónico. Más adelante, tras el desalojo de Malaya cuando apenas habíamos cumplido nuestro segundo mes activos, otro centro social okupado, el Patio Maravillas en su sede de la calle Acuerdo 8, nos cedió temporalmente su espacio para proseguir con los encuentros mensuales y con las reuniones de preparación. En enero de 2009 Traficantes de Sueños (www.traficantes.net) también nos prestó sus instalaciones para celebrar un debate sobre la okupación en Europa, el primero de SqEK (Squatting Europe Kollective: https://sqek.squat.net/) y promovido por varios miembros del seminario.

Poco más tarde, el periódico Diagonal, por un módico precio, mostró un vistoso enlace en su edición digital (www.diagonalperiodico.net) con el que se anunciaba el seminario y se invitaba a que nos enviasen documentos y relatos. Esa publicidad reenviaba directamente a la página
www.okupatutambien.net cuyos administradores nos alojaron virtualmente para informar de nuestras actividades junto a la más completa actualización de las okupaciones en Madrid que existía por entonces. En diciembre de 2009 nos reincorporamos al nuevo Centro Social okupado La Mácula, en la calle Sebastián El Cano, que daba continuidad al proyecto de Malaya. Ya habíamos cumplido un año y comenzamos a organizar una fiesta de aniversario que, sin embargo, se vio frustrada por el desalojo sorpresa de La Mácula en marzo de 2010. Sólo pudimos realizar una de las actividades conmemorativas, la presentación por Alan W. Moore de su proyecto House Magic (http://occuprop.blogspot.com/) recorriendo centros sociales okupados de toda Europa, volviendo al Patio Maravillas, por entonces ya en su nueva sede de la calle Pez 21.

Para más adelante tuvimos que posponer dos actividades que también pretendían proyectar
públicamente el trabajo del seminario. Por una parte, una exposición de magníficas fotografías en blanco y negro recogiendo escenas memorables de las okupaciones madrileñas de todas las épocas. Nos las facilitó Álvaro Minguito (www.alvarominguito.net) y se expusieron primero en la calle, durante las fiestas de Malasaña, para quedar luego como una permanente inspiración adheridas a las paredes de Casablanca, el Centro Social de la calle Santa Isabel 21-23 que sucedió, en abril de 2010, a La Mácula. Nos instalamos, pues, en Casablanca para realizar las últimas sesiones del seminario que se retrasaron más de lo deseable: en mayo y en septiembre de 2010. Y fue en uno de los sótanos de Casablanca donde invitamos a César de Vicente Hernando y su colectivo teatral Konkret para que representaran su Pieza didáctica de las ocupaciones, una obra de intensa reflexión y provocación políticas.

Todos estos colectivos y compañeros/as, a su manera, también han sido parte del seminario, han compartido sus objetivos y han colaborado en su difusión. Nuestro agradecimiento para ellos se suma al que sentimos hacia quienes asistieron a las sesiones, en calidad de invitados/as o participando motu proprio en los debates (cerca de trescientas personas en total). Cinco de esas sesiones fueron especialmente nutridas y animadas (con una asistencia de entre 30 y 60 personas): el análisis de las cuestiones legales, la okupación de viviendas (2) y las relaciones de género (2) en las okupaciones. En otras, tal vez nuestra publicidad previa no fue lo suficientemente eficaz y anticipada, por lo que realizamos los debates en grupos mucho más reducidos. Sólo la grabación de una de esas sesiones se perdió después y no pudo ser transcrita. Habíamos invitado a Elena, compañera que nos narró múltiples detalles de la emblemática okupación de Minuesa (1988-1994), y lamentamos de verdad la pérdida de aquella conversación, aunque Elena volvió a participar en el seminario más adelante en la sesión de feminismos. Por último, también echamos de menos a algunos invitados con quienes concertamos su intervención pero que por diversas razones nunca llegaron a tiempo.

A efectos de facilitar la lectura de los capítulos posteriores y también para mostrar las lagunas
temporales que en ocasiones se interponían entre nuestros deseos de activistas-investigadores/as y el resto de nuestras obligaciones (y devociones), se relacionan a continuación todas las sesiones públicas del seminario (omitimos, pues, las que realizamos con carácter preparatorio u organizativo, que solían ser una o dos entre cada sesión pública, aliñadas con abundantes intercambios a través de la lista de correo electrónico):


sesión Fecha Lugar Título Invitados/as
1ª 22/10/2008 PSOA
Malaya Presentación y autoorganización del
seminario
2ª 19/11/2008 PSOA
Malaya Las “ocupaciones” de la Transición (1) Juan Merinero y Jorge del Cura
3ª 12/01/2009 Patio
Maravillas Las “ocupaciones” de la Transición (2) Juan Merinero
4ª 23/02/2009 Patio
Maravillas Las primeras okupaciones de la década
de 1980: Arregui y Aruej
5ª 15/04/2009 Patio
Maravillas Lucha Autónoma y las okupaciones (1) Gonzalo Wilhelmi
6ª 14/05/2009 Patio
Maravillas Lucha Autónoma y las okupaciones (2) Gonzalo Wilhelmi y Jacobo
Rivero
7ª 02/06/2009 Patio
Maravillas El caso emblemático de Minuesa Elena
8ª 13/07/2009 Patio
Maravillas Cuestiones legales de la okupación Endika Zulueta y Francisco García
Cediel
9ª 30/09/2009 Patio
Maravillas La okupación de viviendas (1) Coral Herrera, La Juli y la Barraka
10ª 03/12/2009 Patio
Maravillas La okupación de viviendas (2) Luis
11ª 20/01/2010 La Mácula Las relaciones de género en las
okupaciones (1) Cristina Vega y Elena
12ª 17/02/2010 La Mácula Las relaciones de género en las
okupaciones (2) Carla e Ismael
13ª 27/05/2010 Casablanca La okupación y los medios de
comunicación Sara López, Marta Galán, Susana
Hidalgo, Jacobo Rivero, Mario
14ª 22/09/2010 Casablanca Modelos de Centro Social CSO Casablanca, CSO La Fabrika
de Sueños y ESOA El Dragón

Desde un punto de vista metodológico, y de forma muy sumaria, cabe apuntar que para desarrollar
este proceso nos basamos en los siguientes principios:

1) Autogestión, horizontalidad y apertura del proceso. Aunque existían unas sugerencias
iniciales acerca del cometido general del seminario, desde la primera sesión todas las
personas asistentes tuvieron oportunidad para opinar, tomar decisiones colectivas y
compromisos individuales para el resto del proceso. Esto generó un grupo de activistas que
adquirieron más responsabilidades y que comenzaron a conectarse más a través de la lista
de correo electrónico. Entre ellos y ellas nos auto-atribuímos las tareas de difusión previa de
las sesiones, el establecer los contactos con personas invitadas, la elaboración de preguntas
para dinamizar las sesiones, moderar los debates y la edición final de los textos. Sólo la
tarea de transcripción se encargó a personas externas que fueron remuneradas con los
fondos de investigación de los que disponía uno de los miembros del equipo (profesor
universitario) y con una gratificación que recibieron dos miembros del equipo por exponer el
proceso del seminario en un curso universitario de antropología. La fiesta que no pudo
realizarse por causa del desalojo de La Mácula estaba orientada a cubrir los gastos de
transcripción que, en todo caso, fueron casi los únicos de carácter monetario que comportó el
seminario. Otras aportaciones voluntarias de los miembros del seminario (como bebidas,
comida y fotocopias durante las sesiones, la digitalización de documentos, abrir un grupo en
la red N-1, etc.) eran de un bajo coste y, además, contribuyeron a generar un ambiente
agradable y enriquecedor de intercambio mutuo. A la lista electrónica y, por ende, a las
reuniones de coordinación y preparación, se accedía tras solicitarlo al administrador una vez
que se asistía a alguna de las sesiones (este era el único requisito imprescindible). En todo
caso, esa apertura no hizo variar en exceso el núcleo de activistas más dedicados que osciló
siempre en torno a las ocho personas, aunque veinte han estado suscritas a la lista hasta el
final.

2) Producción colectiva del conocimiento y libre acceso al mismo. Las informaciones dispersas
sobre una larga trayectoria de experiencias de okupación, los múltiples puntos de vista e
interpretaciones sobre el movimiento, y la carencia regular de espacios de reflexión en común,
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ponían de relieve que un proceso colectivo para darle un sentido a todo ello sería mucho más
enriquecedor que un trabajo individual, especializado, distante y objetivista. En consecuencia,
decidimos que las sesiones de debate público serían el momento principal de esa producción
de conocimiento, aunque a ellas se acudiera con guiones previos de interrogantes y aunque
abordásemos en paralelo otras vías de investigación. Estas últimas (entrevistas, elaboración
de una base de datos y acopio documental generado por el movimiento y por los medios
comerciales de comunicación) fueron exploradas ocasionalmente y abandonadas, al final, por
exceder las capacidades de los y las participantes en el seminario. Las actividades
complementarias (charlas sobre okupación en Europa, obra de teatro y exposición
fotográfica), además de todo el trabajo de discusión interna y de publicitación del seminario
(contactos con medios independientes de comunicación y, sobre todo, la presencia en la
página electrónica de Diagonal), nos disponían también a entablar constantes conversaciones
con más activistas fuera del momento específico de las sesiones públicas del seminario. Por
último, nos pareció lo más coherente con la ideología libertaria-autónoma que bulle en la
mayoría de las okupaciones, el adoptar un modelo de libre acceso colectivo a todo el material
que surgiera del trabajo del seminario. De este modo se decidió utilizar la publicación
electrónica www.okupatutambien.net para la libre divulgación de los materiales producidos y
una licencia del tipo copy-left que promueva su amplia distribución.

3) Enfoque cualitativo y comprensivo. Con ello queremos enfatizar una aproximación a la
historia social y política de este movimiento urbano en la que las vivencias subjetivas y la
diversidad de valoraciones adquieren el reconocimiento más visible, la primera carta de
presentación del conocimiento colectivo. Esto implica mostrar también los conflictos y disensos
internos, y toda suerte de autocríticas, como parte esencial de la historia del movimiento, pero
también un respeto primordial al trabajo activista de todas las personas que se han implicado
en las okupaciones. Comprender críticamente esta historia supone, ante todo, una ruptura con
las aproximaciones exteriores que simplifican esa diversidad inherente al movimiento y
rehuyen de las puntuaciones cruciales que hacen los sujetos sobre lo que les parece más o
menos significativo. No hemos pretendido, pues, poner de acuerdo a quienes participaban.
Tampoco hemos querido adornar unas cuantas cifras con las opiniones fruto de los debates.

Más bien, al contrario, con el privilegio concedido al debate colectivo se pretendía provocar
una reflexión estratégica del movimiento desde los análisis contrastados, las informaciones
suministradas, las valoraciones múltiples, las decisiones, en fin, acerca del conocimiento que
resulta útil para enriquecer las prácticas. Más que grupos de discusión, lo que convocábamos
eran “grupos de apropiación” de los conocimientos producidos en conjunto, anunciando
nuevos encuentros, animando a que se aportasen materiales y comprometiéndonos a que los
resultados finales pudieran leerse sin mediación mercantil alguna. De haber sido capaces de
finalizar los análisis estadísticos que nos propusimos, estos se hubieran supeditado igualmente
a la prioridad que, con este enfoque y en este contexto, le hemos dado a los discursos.

En la medida de lo posible, las transcripciones editadas se han enviado a las personas invitadas a los debates para que las supervisasen, corroborasen o modificasen según estimasen oportuno. Del mismo derecho han gozado los miembros permanentes de la lista electrónica. Obviamente, esta devolución informativa previa no era posible con todas las otras personas participantes de quienes no disponíamos modo alguno de contacto ulterior. En cualquier caso, después de tantos meses de demora con la edición definitiva, no estamos seguros de que todo el mundo haya hecho la revisión correspondiente por lo que, en la medida en que una publicación electrónica permite modificaciones del texto base sin grandes esfuerzos, quedamos receptivos a sugerencias de rectificación de quien así nos lo comunique.

Los textos resultantes de las transcripciones no se presentan aquí en bruto sino que se han editado. Esta tarea ha consistido, ante todo, en suprimir aquellas partes redundantes o, de forma más ocasional, en cambiar de lugar las intervenciones para facilitar la lectura. También se han corregido algunas expresiones o se han completado frases que podían inducir a errores interpretativos al leerlas literalmente, extraídas del contexto de debate en vivo en el cual fueron formuladas. Por otro lado, algunos miembros del seminario hemos escrito textos introductorios y aclaratorios de los contenidos expuestos, aunque esta producción propia se ha limitado a contextualizarlos sin pretensión de alcanzar un análisis de discurso en profundidad. Nuestro objetivo siempre ha sido el de conseguir una lectura eficaz, inteligible y, por lo tanto, apropiable por el conjunto de activistas, simpatizantes y por el público interesado (incluido el académico) que se acercase al libro.

En definitiva, en los capítulos siguientes ofrecemos una ilustración, en forma de textos colectivos, de las sesiones públicas del seminario de acuerdo a los principios y metodología con los que nos hemos dotado. Como se puede observar, hemos rehusado construir una historia minuciosa y exhaustiva de todas las okupaciones de Madrid (y, muchos menos, de toda la iconografía y de los eventos que han generado) aunque sí reproducimos algunos textos ajenos e informaciones complementarias que puedan contribuir a una mejor comprensión de los relatos editados. El trabajo, pues, sigue inconcluso y no faltarán, esperamos, quienes se sientan alentados a tomar el relevo. Sabemos que lo ocurrido a partir del 15 de mayo de 2011 ha significado también un revulsivo para el movimiento de okupaciones y de ello nos hemos ocupado en otros textos. A partir de la historia viva y dialogada que aquí hemos pretendido construir, creemos que también se pueden trazar conexiones con el ciclo de luchas actual en el que estamos inmersos.

El edificio en la calle Atocha 49 a día de hoy (2014) sigue abandonado, sumido en sus penumbras, con algunos vestigios de su pasado okupa aún ufanos en su fachada. A sus miserables propietarios sólo les ha bastado la complicidad judicial y el salario de un vigilante privado para poder seguir con sus negocios. El inmueble está intervenido por otro juzgado en el que se dirimen las responsabilidades penales de Román, Roca y sus acólitos. Poco importa que numerosos preceptos legales exijan el cumplimiento de las funciones sociales de la propiedad privada o su necesaria conservación, seguridad y ornato. El poder económico de algunos propietarios, provenga de patentes fechorías o de la vil explotación capitalista del trabajo en última instancia, les exime de muchas de sus obligaciones. Ellos y las autoridades que les cobijan prefieren el vacío y la ruina a la vivienda social o a la autogestión colectiva de todas las facetas de la vida. La okupación pone de manifiesto esas contradicciones y las denuncia. Libera los espacios para que se exprese la vitalidad colectiva. Los expropia temporalmente y permite que los apropiemos como bienes comunes.

Solo por esa legitimidad básica que la okupación expone con respecto a las necesidades y derechos sociales, por la apelación sustantiva que nos hace a nuestro sentido de la política, merece que las reflexiones de este libro no se queden únicamente en negro sobre blanco.